Según el diccionario, como aparejadores Madrid se conoce a expertos profesionales que cumplen distintas funciones durante los proyectos de construcción de inmuebles residenciales o comerciales. Forman parte del personal bajo las órdenes del arquitecto y, en la actualidad, reciben el nombre oficial de ingeniero de la edificación.
Algunos de las labores para las que han sido preparados son:
- dirección de trabajos de reformación o construcción,
- estudio y emisión de certificados de eficiencia energética,
- elaboración de informes de tasación de viviendas o locales,
- evaluación de condiciones estructurales,
- acciones a seguir en caso de un hallazgo arqueológico,
- mantenimiento y administración de fincas.
Origen profesional del aparejador
El aparejador parece ser la más antigua carrera técnica de España, remontándose a la Edad Media. Hecho confirmado por la inscripción en la lápida de Guillen de Rohan, quien vivió en Tordesillas a principios del siglo XV. Según se cree su función era organizar económica y técnicamente la construcción de la capilla Santa Clara.
Originalmente este oficio era parte imprescindible en la ejecución de los grandes desarrollos arquitectónicos, principalmente aquellos de orden religioso, como las suntuosas catedrales. El aparejador y el maestro recibían órdenes del arquitecto.
En 1855 la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando anuncia el famoso Decreto Luján, que anula el título de maestro de obra para resolver el conflicto que estos tenían con los arquitectos. El problema es que aquellos pretendían limitar el servicio de estos tomando para sí las máximas prerrogativas. El Estado, en una especie de castigo, eliminó esta profesión, sustituyéndola por aquella de aparejador.
La impresión que los maestros de obra recibieron entonces, solo fue superado dos años después, cuando la Ley Moyano restableció la instrucción y la denominación. Colocándolos entonces al mismo nivel profesional de los aparejadores. Luego en 1871 este fue suprimido, reapareciendo en 1895.
Esta lucha continua entre las tres carreras hasta que en 1935 se hace obligatorio incluir aparejadores en cada proyecto de arquitectura, redefiniendo sus funciones. Finalmente, este nombramiento se sustituye en el siglo XX (1971) por arquitectos técnicos y actualmente por ingenieros de la edificación.
Sin embargo, por razones históricas y probablemente, sentimentales, la sociedad sigue hoy usando la expresión aunque la carrera escolástica como tal, ya no existe oficialmente.